martes, 30 de julio de 2013

Interferencia

Permítanme comenzar diciendo que ésta es una historia real de mi infancia, y si visitan la gran biblioteca en el centro de la ciudad de Nottingham, y echan un vistazo a los registros de periódicos, encontrarán información acerca de los eventos que aquí se detallan.
Esta historia tuvo lugar hace unos 15 o 16 años. Sólo tenía siete años de edad en ese entonces, y mi primo Dale nueve. Él se había quedado conmigo mientras su madre estaba de viaje asistiendo a un familiar enfermo. Como era hijo único yo no tenía muchos juguetes, y mi Sega Genesis estaba averiado, así que no teníamos mucho que hacer que fuera entretenido.
Nuestra rutina consistía en ver dibujos animados en nuestra televisión por cable, seguido de Dale contándome historias de terror cuando se hacía de noche. Mi madre, queriendo que hiciéramos algo más activo, decidió comprar un par de walkie-talkies para que jugáramos con ellos. Nos lo pasamos muy bien jugando a ocultarnos en el bosque mientras que uno trataba de encontrar al otro mediante el walkie-talkie. Como estábamos pequeños, sin embargo, no nos daban permiso de estar fuera hasta muy tarde, así que teníamos que regresar a las 6 p.m. Al llegar cenábamos y guardábamos los juguetes, excepto por los walkie-talkies.
Dale dormía en la habitación para huéspedes y yo tenía mi propia habitación, por lo que la idea era hablar por los walkie-talkies hasta quedarnos dormidos. Fue entonces cuando lo escuchamos, alrededor de las once de la noche. Habíamos estado contándonos historias de terror por horas. De repente, mientras Dale me contaba la historia de un monstruo que supuestamente rondaba el mismo bosque en el que habíamos estado jugando, su voz se cortó, y fue sustituida por el sonido de estática que los walkie-talkies usualmente producen cuando la persona que está transmitiendo suelta el botón que se utiliza para hablar. Esperé unos segundos a que Dale reanudara su historia, cuando oí un débil murmullo procedente del pequeño altavoz. «Qué raro», pensé. El altavoz seguía emitiendo estática, pero definitivamente podía escuchar algún tipo de movimiento y una voz.
Luego se pudo oír un llanto entre la estática. Esto era muy escalofriante para mí, así que me bajé de la cama y corrí al cuarto de Dale. Él estaba sentado en la cama, escuchando a su walkie-talkie también. El llanto se hizo más fuerte. «¿Qué es eso?», me preguntó Dale. «Pensé que me estabas jugando una broma». Cuando le dije que no era así, su rostro se puso pálido. Apagó el suyo. El sonido aún era emitido por el walkie-talkie que sostenía en mi mano, por lo que era imposible que mi walkie-talkie estuviera recibiendo el sonido del suyo. «Esto da miedo», dijo Dale. El llanto y los murmullos entre la estática parecieron escucharse más claramente. Apagué el mío también y regresé a mi habitación.
Ideas de todo tipo se me cruzaron por la cabeza. ¿Tal vez estábamos recibiendo sonidos del más allá? ¿Tal vez mi walkie-talkie simplemente se había averiado y produjo sonidos extraños que parecían llantos y murmullos? Traté de no pensar en ello y me fui a dormir.
Fui despertado al día siguiente por un estallido que parecía provenir de la planta baja. Bajé rápido por las escaleras, encontrándome con mi madre y Dale mirando por la ventana de la sala a la casa de la vecina. Una gran camioneta de policía estaba estacionada afuera y nuestra vecina, Jessie, era escoltada por varios oficiales. Iba gritando insultos e incluso trató de escapar en un momento, antes de ser esposada e introducida en la parte trasera de la camioneta. Estábamos impactados por lo que habíamos visto, y en general confundidos. Jessie era nuestra nueva vecina, quien recientemente se había mudado a la casa de a la par con su bebé, luego de que nuestro antiguo vecino muriera por la edad. Había sido muy reservada, y ​​hasta donde sabíamos era muy tranquila, no parecía ser el tipo de persona que sería arrestada por algún motivo.
No fue hasta el día siguiente cuando leímos el periódico que nos enteramos de lo que había pasado. Jessie había asesinado a su bebé luego de que supuestamente fuera víctima de las horribles apariciones de un anciano que la había estado atormentado por semanas, y finalmente había perdido la razón. Sin embargo, ésta no fue la parte inquietante. La parte inquietante fue el hecho de que el monitor de bebés que se encontraba en la sala donde ocurrió el asesinato estuvo encendido.
Mi primo y yo lo escuchamos todo.

Intro

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Sally "Play with me"

El verano era bastante bueno ese año. El sol como siempre, calentaba la piel, las ligeras brisas que recorrían el barrio apaciguaba el calor y el frío, por lo que el clima era perfecto. Un verano que Sally jamás olvidará.

Sally era una niña de 8 años, cabello largo y rizado de ojos verdes claro. Era una niña muy educada, alegre y obediente. Sus padres la adoraban, no podían pedir más de ella.

Sally reía mientras jugaba con sus amigos afuera de su casa, jugaban a la rayuela, a las muñecas y las etiquetas, su madre la miraba desde adentro limpiándose las manos con su delantal, gritándole:

“¡Sally! ¡Es hora de que comas tu almuerzo!”

Rally levanto la vista de su juego sonriéndole “esta bien mamá” sentándose en la mesa, emocionada.


Su madre le coloco un sándwich de mantequilla, unos bastones de zanahoria, un apio alado y un zumo de naranja.


“Gracias mami”


“De nada cariño”


La niña empezó a comer, mientras su madre se sentaba a su lado sonriéndole “¿adivina qué? Tu tío Jhonny viene de visitas” ella le sonrió con las comisuras de la boca llenas de comida.

“¡Mm! ¿Mio Jommy?” repitió con su boca llena mientras la madre se reía de ella asintiendo la cabeza.


“¡Ajam! El viene a ayudar a tu padre con su trabajo y también a cuidarte, tal vez podamos ir a la feria juntos” Sally masticaba rápido lo que quedaba en su plato.

“¿Sara y Jennie también?”



La madre levanto la vista pensativa “depende de lo que digan sus padres, si pueden, sí”


La niña sonrío y salto de su asiento nuevamente. Este verano lo pasaría genial.


En el transcurso de los días el tío Jhonny llegó a la casa de su hermana, salio de su coche estirando su cabeza y dando un suspiro de cansancio.

“¡Tío Jhonny!” gritó llamando su atención y corrió hacia sus brazos, el cual le respondió:


“¡Hey Sall! ¿Cómo estás?” levantándola y abrazándola apropiadamente, la niña sonrió y miro a sus amigos que la estaban mirando.


“Estaba jugando con Sara y Jennifer, ¡Mamá esta adentro, vamos a decirle que llegaste!”.

“Suena bien” la baja y caminan hacia la casa, llamando desde afuera a la madre “¡Hey Marrie! ¡Ya llegue!”


Mientras Rally, iba hacia dentro."¡Mamá! ¡Ya está aquí!" la madre salió de la casa corriendo de la cocina y sonrió al ver a Johnny.

“¿Johnny, has llegado bien?”. El hombre puso la niña en el suelo y le dio una palmadita, y abrazó a la mujer.


“Por supuesto que sí. ¿Por qué si no iba a venir aquí sano y salvo?” Se echó a reír, y caminó hacia cocina con la mujer. Luego Sally corrió hacia la puerta, gritando que volvería a jugar.





“¡Asegúrese de entrar antes de que oscurezca!”


“¡Sí, señora!” Y la niña se fue.

A la hora de la cena, el padre de Sally llegó a casa, feliz de ver a su hermano en su casa. Caminando con su hija, se acercó a Johnny con un apretón de manos y un abrazo.


“Encantado de verte hombre, ¿Cómo estás?” Le preguntó cruzando los brazos, mirando a su esposa poner la mesa. Johnny se encogió de hombros, jugueteando con sus pulgares.

“Me separe de Karen.”


“Oh, eso es terrible, lo siento...” Johnny meneó la cabeza con una sonrisa.


“No, está bien. Estoy contento, me puedo mover libremente sin tener a alguien constantemente queriendo saber dónde estoy y lo que hago.”


Los dos hombres rieron juntos, sentándose en la mesa para comer.




“Mmm Marie, esto sabe maravilloso.”

“Gracias, me alegro de que te guste.”

“Mhm ¡está delicioso mamá!”. Los adultos sonrieron y se rieron del cumplido de la niña.

Los platos de empezaron a vaciar, y Sally empezó a bostezar una y otra vez, frotándose los ojos con sus manos. Su madre sonrió y le frotó suavemente la espalda. “Parece que alguien está cansada, ¡hora de ir a dormir!”


Sally asintió y saltó de su asiento, recogiendo su plato y llevándolo al fregadero. Su madre se levantó para llevarla a la cama, pero Johnny la detuvo jalándola del brazo.


“Yo la llevo.” Dijo sonriendo.

“Muy bien, gracias John.” El hombre asintió con la cabeza, mirando a la mujer y llevó a la joven a su habitación. John sonrió y cerró la puerta detrás de él, mirando el pequeño desorden de la niña.

“¿Necesitas ayuda?” Le preguntó, mirando a la niña, la cual también lo mira asintiendo.


“Está bien, vamos a ver lo que tienes.” El hombre comenzó a buscar entre sus pijamas.


“¿Tiene alguno de fresas? Apuesto a que vas a oler igual ellos en tus sueños.” Él tomó la camisa y se la mostró, inhalándolo un poco.


Sally rió y negó con la cabeza para indicar que no quería llevar su pijama de fresas. Johnny asintió con la cabeza, puso la camisa de nuevo en su sitio y sacó una camisa con un unicornio.


“¿Qué tal este? Apuesto a que vas a montar en unicornio señorita”. Una vez que el niña se rió y negó con la cabeza. El hombre soltó un pequeño gruñido antes de colocarlo de nuevo.


Luego sacó un camisón blanco. “¿Qué tal esto? Te convertirás en una princesa.” Los ojos de Sally se encendieron y dio una palmada con entusiasmo y asintió. Le coloco del vestido en la cama, él se acercó a ella y comenzó a desabrocharse la camisa.

“Puedo vestirme tío”. Dijo con una sonrisa, mirando hacia abajo. El hombre sonrió y asintió con la cabeza, sin dejar el trabajo a medias.


“Apuesto a que puedes, pero estás cansada, y ¿por qué no te puedo ayudar?” Le preguntó, mirando a Sally cabecear un par de veces.


Una vez consiguió desabrochada la camisa, él se deslizó por sus hombros y le dio un codazo en la panza, haciéndola reír. Él sonrió y cogió el borde de sus pantalones cortos y tiró hacia abajo.


Finalmente, el hombre agarró su camisón y empujó la apertura por encima de su cabeza, asegurándose de que sus brazos podían pasar por las mangas.


“¡Ya está!” Dijo alegremente, mirando la sonrisa de niña de nuevo, riendo mientras llegaba a la parte superior de la cama. Johnny se levantó y recogió su ropa, la puerta se abrió y entró la madre de Sally.

“¿Estás lista para dormir?” dijo. Johnny se levantó y corrió hacia el otro lado de la cama.


“La voy a recostar, ¿te parece bien?” Marie lo miró y sonrió moviendo la cabeza.

“Claro que no”. Miró a su hija, se inclinó y la besó en la frente. “Buenas noches mi amor.”

“Buenas noches mamá”. Dijo la niña dándose un masaje suave con el dedo pulgar en la frente, la mujer tomó la ropa y Johnny la hizo salir de la habitación.


Johnny sonrió a la madre y se acercó al interruptor de la luz, apagándolo, luego cerró cuidadosamente la puerta de la habitación con llave y miró por encima del hombro a Sally. Johnny tenía una sonrisa escalofriantemente retorcida.

Al paso de los días, Marie observó que Sally no actuaba con normalidad, ella no sonreía tan brillante como antes, no mostraba alegría, ni hablaba con la misma cantidad de felicidad.



Marie tomó la mano de la niña antes de irse a jugar con sus amigos, y se la llevó a un lado. Sally miró a su madre con una mirada confusa.


“Cariño, ¿te sientes bien?” preguntó, arrodillándose para estar a la altura de su hija. Sally miró distraídamente, y poco a poco comenzó a llorar. Su madre abrió los ojos, confundida. "Sally?"

“M-mama... yo... yo no quería t-to...” Alcanzó a decir la niña con ataque de hipo.


“¿No querías hacer que amor?”

“…Yo no quería jugar... yo no quería jugar su juego...” Sally miró a su madre y la abrazó con fuerza. “el... m-me...tocó-y me hizo toc-arlo!”


Marie frunció el ceño y comenzó a acariciar suavemente el cabello, consolándola.


“Shhh, no pasa nada, mamá está aquí ahora, fue una pesadilla, eso es todo”.


“Todo está bien ahora, ¿de acuerdo? No te preocupes por eso.” Miró a Sally, que estaba a punto de llorar, y sonrió.

“O-bien mamá ..” Su madre sonrió y la besó en la frente.


“Ahora ve a lavarte, no querrás ir a jugar con la cara sucia”. Sally soltó una risita y salió corriendo al baño a lavarse la cara.


Más tarde ese día, Johnny y su hermano regresaron a la casa a continuar el trabajo. Frank suspiró, sonriendo cuando vio Sally.

El padre le devolvió el saludo, cerró la puerta del coche y caminó hasta la casa. Johnny miró a Sally sonriéndole, saludando a la niña. Su sonrisa se marchitado lentamente, mostrando menos felicidad en ella, pero le devolvió el saludo también.


Johnny también entró en la casa, y se detuvo cuando escuchó la conversación entre su hermano y su esposa.


“Sally ¿qué?” -Preguntó Frank.

“Ella tuvo una pesadilla, una muy mala y me dijo: “Él la tocó.”

“Bueno, ¿quién diablos es "Él"?”

“No lo sé, Frank... sólo fue una pesadilla, quería informarte de lo que ha estado pasando con ella y por qué está actuando diferente”.


Johnny frunció el ceño con ira, con los nudillos volviéndose blancos, después se calmó rápidamente, puso una sonrisa, y entró en la habitación.

“¿Vaya... interrumpí algo?” Les preguntó, mirando a la pareja sacudiendo sus cabezas. Johnny sonrió de nuevo, señalo al coche “Voy a ir a la tienda, ¿necesitas algo Marie?”


La mujer sonrió y miró hacia la cocina. “Sí, en realidad. ¿Me puedes conseguir algunos huevos, leche, pan y zumo?” Johnny asintió con la cabeza, a punto de salir hasta que se detuvo.


“Sally quería venir también, sólo quería informarte”.


Marie sonrió. “Gracias Jhon”. Él asintió de nuevo y se dirigió fuera de la casa con las llaves en mano, mirando a Sally con sus amigos.

“Rally” Ella levantó la vista hacia él y lo miró fijamente. “¡Vamos de compras!” John se dirigió hacia el coche, haciendo un gesto a la chica para que lo siguiera. Sally se sentó allí por un momento, luego puso sus muñecas sobre la hierba.


“Voy a dar vuelta, por favor cuiden a Mazapan y Lily” Jennie y Sarah sonrieron y asintieron con la cabeza. Sally se dirigió de mala gana al coche y subió al asiento de pasajeros.


“¿Sabe mamá que iré contigo tío?” Preguntó ella. Johnny asintió con la cabeza y puso las llaves en el encendido, arrancándolo y salió de la calzada.

“Sí, ella quiere que compremos cosas para la comida, tal vez pueda conseguir algo.” Él sonrió mirando a la niña. Sally sonrió nerviosamente y miró hacia delante, observando el paisaje.


Tan pronto como llegaron a la carretera que va a la tienda, Sally se dio cuenta de que no se detuvo al estar enfrente de la tienda. Ella frunció el ceño confundida, y alzó la vista hacia él.

“Tío Johnny, te acabas de pasar la tienda...” Dijo apuntando en la dirección a la tienda de alimentos integrales.


Pero él no dijo, sólo siguió conduciendo, con una sonrisa muy leve en su cara. La niña se sentó y miró por encima del asiento trasero, mirando a la tienda poco a poco cada vez más pequeña hasta que se perdió de vista.


Al darse cuenta de que no iban al supermercado, la niña vio que el tío aparcó en un parque que había cerca de la ciudad, pero nadie salía al parque los domingos.


Sally se puso nerviosa, su respiración se aceleró, mirando al hombre con ojos muy abiertos. Johnny apago el motor, mirándola, la ira se mostraba en su rostro.

“Te dije que no le digieras nada a mamá, ¿no?” Le preguntó, mirando a la niña negando desesperadamente con la cabeza. “No estamos jugando el juego correcto, Sally.”



El hombre se acercó y sacó a la niña del auto. “Dijiste que jugarías al juego conmigo Sally, me mentiste”. Abrió la puerta del coche a su lado saliendo junto con ella y la empujó al suelo.


“Uno tiene que ser castigado por romper las reglas.” dijo desabrocharse el cinturón.

Una pareja encontró el cuerpo de una niña de 8 años en el parque de la comunidad, era Williams Rally, fue encontrada esa noche a las 9 PM.



“Podría haber jurado que cerré la puerta antes de meterme en la cama, supongo que me olvidé...” El adolescente caminó por la habitación y cerró la puerta.


Antes de que pudiera acostarse de nuevo y tan pronto como se cubrió las piernas, se le congelaron al oír el leve sonido de un llanto, sonaba como un niño.


Se levantó poco a poco de la cama una vez más, se dirigió a la puerta y la abrió. El llanto parecía ser más fuerte fuera de su habitación, miró hacia abajo en la oscuridad y se arrastró por el pasillo, siguiendo el sonido de los gemidos.


Una vez llegando al final del todo, se quedó sin aliento. Sentada en el suelo, delante de la ventana iluminada por la luna, era una niña, estaba encorvada, llorando.

Tragó saliva y el adolescente tomó la palabra. “Quién... quién eres? ¿Cómo te metiste en mi casa?” le preguntó a la niña.


De pronto, el llanto se detuvo, la niña movió lentamente sus temblorosas manos lejos de su cara y miró detrás de ella, retorciéndose ligeramente. La sangre sustituyó sus lágrimas, manchando sus manos.


Ella estaba impregnada de sangre, el pelo en un lado de su cabeza, el goteo de sangre de la herida en su rostro y en su pijama sucio. A través de los brillantes ojos verdes parecía que se veía su alma.


“Esta es mi casa....” habló con voz ronca, sonando como si estuviera luchando para hablar. El cuerpo de la chica hizo una mueca y se movió extrañamente hacia el adolescente.


Sus pies estaban sucios, como si estuviera corriendo por el barro, llena raspaduras por las rodillas y las piernas, y el final de su vestido estaba roto y estropajoso. 'Sally' era el nombre cosido en la parte delantera.


“¿Quieres jugar?” sonrió, con los dientes manchados de sangre mientras hablaba.

“Juega conmigo...”

domingo, 7 de julio de 2013

Siempre contigo

Siempre estoy contigo. 

Estuve ahí, en el momento en que naciste. Estuve en la sala de partos, mirándote, antes de que pudieras abrir los ojos. Tus padres, tus familiares y los doctores no pudieron verme ahí en la esquina, mirándote con ojos nublados… pero, yo estuve ahí desde el momento en que naciste. Y, te seguí a casa. Estuve siempre contigo, fui tu compañía constante. Mientras jugabas solo, con tus juguetes, yo te observaba desde todos los ángulos de los espejos más cercanos; mi pelo enmarañado, cubierto con sudor aceitoso resbalaba de mi abollada frente como pegamento.


 Fui tu compañía constante, sentándome en la parte trasera del coche de tu madre en tu trayecto al prescolar. Creías que eras el único en el cuarto de baño, pero… yo estaba al otro lado de la puerta, silbando a través del agujero de mi garganta. 

Mis brazos colgaban, se salían de su lugar mientras me inclinaba al otro lado de la cortina de la ducha. Te espero y te sigo, siempre voy atrás de ti. No soy visto, soy casi inexistente en la luz. Nunca me viste en las mañanas, cuando estuve sentado contigo durante el desayuno, y un coagulo rojo brillante que colgaba de un alveolo vacío, se abría grotescamente hacia ti. A veces me pregunto si sabes que estoy aquí. Sé que estas consciente, pero nunca sabrás cuan cerca estoy. Gaste horas y horas de tu día, sin hacer nada más que respirarte en los oídos. Anhelo estar cerca de ti, y para siempre envolver tu cuello con mis brazos mutilados. Cada noche, me recuesto cerca de ti, y mis ojos nublados contemplan -por debajo de tu cama- , tu durmiente rostro en la oscuridad… Y, sí, me atrapaste observándote ocasionalmente, entonces tus padres vinieron corriendo a tu habitación tras escuchar tus gritos. 

Querías comenzar a hablar, pero lo único que pudiste hacer fue gritar: “Hay un hombre, un hombre en mi habitación” y creíste que nunca podrías olvidar cuando me descubriste, con mi mandíbula colapsada, colgando a mi pecho, balanceándose adelante y atrás. Me dirigí a tu armario… y tu madre no pudo verme a pesar de que me señalaste una y otra vez. Creíste que no olvidarías cuando tus padres se fueron esa misma noche, miraste la puerta del armario crujiendo suavemente y a mí dirigiéndome hacia tu cama a gatas, arrastrando mis pies en movimientos espasmódicos, empujándome debajo de tu cama con mis miembros desarticulados. Aprendiste una nueva palabra para mí: “boogeyman” pero no es el monstruo que pensabas que yo era. Yo solo te espero y sigo siempre, tocando tu cara con mis anudados dedos cuando duermes. Me verás de nuevo, pronto... Llegaré contundente y brutal. Un día, caminarás a través de la carretera y creo que te golpeare rugiendo y chillando. Rodarás por el pavimento, rodarás bajo las ruedas, la fuerza del guardafangos metálico y mis dedos tocando tu cara una y otra vez. Y te quedarás sobre el frio pavimento, con los ojos nublados, el pelo enmarañado, coágulos colgando en tu cara y la mandíbula desquiciada girando hacia tu pecho. Me verás aproximándome. Nadie me verá. Mirarás dentro de mis ojos… más allá de ellos y yo te miraré a ti. Por primera vez en tu vida, algo parecido a una sonrisa aparecerá sobre mi cara, y juras que estas mirando dentro de un espejo, las burbujas coaguladas de nuestras bocas. Me inclino a recogerte con mis torcidos brazos, más allá de los médicos y las personas histéricas. Y… nuestros rostros se tocaran, desplegare mis alas, y entonces… tendrás que seguirme. Siempre estarás conmigo... Con tu ángel guardián.

Por favor abre la puerta



Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de un amigo, sus padres no estarían y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando.

Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, mi amigo debió estar solo. Ellos lo habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no había marcha atrás.

Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado.

Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia.

Y esperan la noche en que su víctima esté sola, es en ese momento cuando todo empieza.

Aquel día llegué alrededor de las 8:00 p.m. a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no habría clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando, el tiempo pasó tan pronto que cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños afuera de la habitación, que al principio pensábamos que no era nada importante, e hicimos algunos chistes en relación a lo que jugábamos. «Deben ser los zombis», nosotros sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensos cuando el sonido se oía más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera.

—¿Crees que tus padres hayan regresado? —le pregunté, a lo que él respondió que sus padres regresarían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, el número de pasos que se escuchaban eran demasiados como para ser sólo sus padres.

De pronto, luego de oír todos esos pasos acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio.

—¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar, nerviosos. 
Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser? En la habitación en la que estábamos había una computadora que mi amigo había encendido desde que comenzamos a jugar, era una costumbre suya. Se escuchó un sonido que provenía de ella, un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos provocó una reacción de sobresalto a ambos. Era sólo un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco; sin embargo, la tensión volvió a nosotros al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizados tras leer lo que decía el correo:

«Pase lo que pase, no abras la puerta».

Con tan sólo leer esas palabras, una sensación completamente rara invadió mi corazón. En ese momento realmente sentía pánico, pero el mensaje decía más.

«Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos; pueden fingir ser alguien que conoces, un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero escuches lo que escuches esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no lo permitas. Por favor, créeme, ¡no abras la puerta!».

Cuando terminamos de leer yo no sabía qué pensar. Tal vez era una broma tonta de alguien, tal vez incluso era mi amigo quien me jugaba una broma… pero él tenia esa expresión, estaba tan asustado como yo, lo pude sentir. Ahora sabíamos que había alguien ahí afuera, tras la puerta. De pronto, llegó el momento más aterrador que nos pudimos esperar; en ese instante un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizado. Una voz se escuchó, provenía de atrás de la puerta. Mi amigo estaba seguro y yo lo puedo corroborar: la voz era la de su madre.

—Hijo por favor ábreme, tu padre y yo tuvimos un accidente en el auto, estamos muy lastimados… por favor, abre, ayúdanos. —Al escuchar esto mi amigo sólo retrocedió un paso. Aún puedo recordar esa expresión en su rostro, estaba en shock. Estoy seguro de que ninguno de los dos lo creíamos ni sabíamos qué hacer.

—Hijo por favor, abre, ¿qué esperas? Necesitamos tu ayuda… —Sin lugar a dudas, ésa era la voz de su padre. Eran las voces moribundas de sus padres tras la puerta, clamando por ayuda. Mi amigo y yo permanecimos sin reacción por algunos segundos, después él se volteó lentamente, y me dijo:

—Esos realmente son mis padres. Necesitan ayuda, abriré la puerta.

Se propuso dirigirse hacia la puerta, pero lo detuve.

—Recuerda el correo, lo que nos dijo que pasaría, ¿no se te hace extraño?, ¿qué tal si es verdad y ellos no son tus padres? —Él lo único que hizo fue hacer que lo soltara. «No digas tonterías», me dijo. «Tú los escuchaste, ésas eran las voces de mis padres. El correo debe de ser una estúpida coincidencia». Se dirigió a la puerta sin que pudiera hacer nada.

La verdad, no sé qué me hizo hacerlo, pudo ser el miedo que me invadía… pero al verlo dirigirse a la puerta, lo único que pensé fue correr hacia el armario en donde mi amigo guardaba algunas de sus cosas y esconderme ahí. No sabía lo que pasaría, pero en verdad tenía miedo.

Lo que escuché a continuación aún no lo olvido, y hasta el día de hoy tengo pesadillas con ello. Él abrió la puerta, y después sólo pude escuchar sus gritos. Eran unos gritos desgarrantes, llenos de dolor y terror; yo no pude hacer nada más que permanecer inmóvil, hasta que después de unas horas me quedé dormido.

Al despertar por la mañana, me extrañó ver el lugar en que me encontraba, y luego lo recordé todo. Salí del armario y en la habitación no había nadie. Noté de inmediato que ya era de día y que la puerta estaba abierta, así que decidí salir. Busqué por toda la casa esperando encontrarlo y que me dijera que todo había sido una broma, pero mi amigo no estaba. En la tarde llegaron sus padres y les conté lo sucedido, llamaron a la policía y lo buscaron por días, pero él nunca apareció. El correo que le había llegado esa noche también desapareció, y para ser honesto creo que nadie creyó nada de lo que les había contado.

Aunque… no importa que nadie me creyera, yo sé lo que pasó esa noche y sé que ellos estaban ahí afuera. También sé que no debí haber estado ahí, que no debería saber que ellos existen.

Aún no sé por qué lo hacen, creo que sólo tratan de divertirse con las personas, con su pánico… alguna
especie de juego. Cada día lo analizo y trato de aprender más de ellos; sé que sólo llegan en la noche y que pueden imitar cualquier voz, que si no abres la puerta se irán y también creo que siempre recibirás ese extraño mensaje de advertencia, debe ser parte de su macabro juego.

No debí estar ahí ese día, y no debería saber que ellos existen. Sé que algún día regresaran por mí, pero pase lo que pase, no abriré la puerta.

Tails doll



Esta historia será entretenida para los amantes de los videojuegos:


Tails Doll es un personaje de la saga de videojuegos Sonic el Erizo (Sonic the Hedgehog), propiedad de la compañía japonesa Sega. Es uno de los personajes del juego Sonic R, y aparece al obtener los 5 tokens en la pista Radical City.



Sin embargo, la leyenda cuenta que Tails Doll es en realidad un mensajero de la muerte, ANTES DE MORIR LO VERÁS y la luz roja en la punta de su antena será la señal de que tu fin ha llegado.



Se dice que en Los Angeles, California, una madre encontró a su hijo muerto mientras jugaba con su consola Sega Saturn el juego de Sonic R. La madre al hacer su declaración dijo que el niño se pasaba mucho tiempo jugando con la consola, y que estaba obsesionado con sacar un "muñeco" o algo así. La tarde del Día de Acción de Gracias, llamó repetidas veces a su hijo para que bajara a cenar.






Al no obtener respuesta, la madre subió a verlo y tocó insistentemente la puerta, pero el niño seguía sin emitir sonido alguno. Cuando entró en la habitación, encontró a su hijo con los labios azules y las pupilas dilatadas, además de una extraña espuma blanca que salía de su boca. Lo peor (según señala) es que el niño estaba boca arriba con la vista perdida en el techo, y en el televisor se repetía una y otra vez una   canción que decía: "Can you feel the sunshine?"          (¿Puedes sentir el brillo del sol?).


Según los informes de LAPD (Los Angeles Police Department), el niño murió asfixiado mientras sufría un ataque epiléptico, a pesar,de no haber antecedentes familiares de la enfermedad. Asumieron que el niño se emocionó demasiado y sufrió de espasmos, lo que lo asustó al grado de impedirle respirar.

El mito surgió cuando la familia, luego del funeral, decidió donar sus cosas (cosa común en las familias Estadounidenses), pero regalaron la consola al mejor amigo del niño, quién se puso a curiosear y jugar con ella. La Sega Saturn venía con el último CD que jugó el niño, Sonic R. Al probar el juego, vio que lo último que había hecho su amigo (según la memoria del juego) fue desbloquear a Tails Doll.


Esto fué posteado por "IRon7HuMB" (el amigo del niño que murió) en un foro, y luego se extendió el rumor del "juego maldito".


De hecho, SEGA ha evitado volver a usar el personaje en otros juegos, debido a la psicosis que se formó y hasta el día de hoy, la leyenda del "Tails Doll" maldito persiste...

jueves, 4 de julio de 2013

Tu también los oyes...





Recuerdo aquel día, era un día normal, todo iba bien. Luego la noche llego a aparecer con una luna tan oscura como el cielo gris gracias a las nubes, eran pocas pero aun así me aterrorizaba.
Como siempre me puse a ver los vídeos de town y subir vídeos a mi canal, todos ellos de creepypastas.
A mi me encantan los creepypastas y el terror en si. Se hizo tarde y me fui a dormir.
Estaba en la cama, apague las luces y al cabo de tres minutos acogedores vino lo que yo pensé que era una pesadilla. Podía escuchar pasos en aquel silencio, unos pasos cada paso se acercaba mas a 
mi cama pero no me quería girar ya que estaba solo en mi casa. 
Luego deje de oír aquellos pasos y me gire poco a poco y pude distinguir una silueta en aquella oscuridad, una silueta que se desvaneció nada mas encender la luz.


Estaba aterrado ya que lejos de la luz que emitía, la bombilla, estaban las sombras. En ese momento pensé:
" El silencio y las sombras juegan contigo, no pierdas la cordura ".
Cogí mi móvil, mi corazón latía muy fuerte debido a los sonidos de la casa, así que intente llamar a mi madre, pero no había cobertura. Eso era imposible ya que la central de la compañía telefónica estaba cerca de mi casa. 



Esto no podía estar pasando, era una pesadilla, entonces me di cuenta de que las luces empezaban a fallar, como si estuvieran haciendo un cortocircuito. Aterrorizado cogí una linterna y un bate de béisbol.
Me atreví a salir de mi habitación, debía llegar a la cocina donde estaría mi pobre perrita encerrada. Aunque normalmente le abrimos para que pasee por casa. Llegué a la cocina, abrí sigilosamente la puerta vi la misma silueta, me acerque a ese ser y cuando estuve a apenas 10 centímetros de el, le empece a golpear con el bate. Eso se desvaneció otra vez pero, me invadió la oscuridad. Me volví a despertar en mi habitación, estaba oyendo susurros y yo estaba girado hacia la pared, tenia el móvil en la mano y vi la hora que era y eran las tres de la mañana, se ve que lo estaba soñando todo, aunque lo mas extraño era que la linterna también la tenia en la mano.
Estuve toda la noche despierto, ellos me estaban susurrando cosas que no llegaba a entender.
Lo que tampoco se es cuanto aguantare, creo que me dijeron que me uniera a ellos. Yo ya formo parte de ellos y te diré un consejo cuando nos oigas venir no te gires porque estaré yo esperándote a ti para que sufras la misma suerte.

Soledad

Él miraba la lluvia que caía en la tranquilidad de su habitación, tan solitario y tan reservado de toda la contaminación del exterior disfrutaba ver ese fenómeno. Deseaba salir, estar bajo ella, pero nunca había podido.
Era tímido, quizás un poco cobarde, y desde que perdió a sus padres en aquel accidente probablemente muchísimo más cobarde; después de todo, era joven y estaba solo.
Tal soledad lo estaba llevando a un camino desconocido, un camino temeroso. Con la única esperanza de volverse a reunir con ellos, había comenzado a coquetear con el camino de la locura, un lugar que bien se sabe que no tiene regreso.
Buscaba incesantemente lograr volver a tenerlos sin importar el precio; comenzó a investigar sobre temas un poco turbios, no cualquiera lo haría. Debía de amar mucho a sus padres, o tal vez, tenerle mucho miedo a la soledad.
Buscaba día y noche en sitios extraños de internet, siguiendo cada uno de los pasos, sin efecto alguno. Comenzó a encargar libros, libros que no podía pagar. Boleta tras boleta de cuenta llegaba, mes a mes la casa se desmejoraba, demasiado rápido.
Hasta que un rayo de esperanza lo iluminó. Encontró una manera, y su alma vibró no sólo de felicidad, sino de temor y ansias, ansias de que aquella soledad que carcomía su interior desapareciera; una manera tan mórbida y poco pensada que aterraría a cualquier persona normal. Él parecía calmado, decidido, sin pensar en las consecuencias del acto, sin pensar en nada más que terminar con su suplicio.
Cerró las cortinas, se cercioró de que toda la luz de la casa se mitigara y bajó al sótano cargando sus libros extraños. Se sentó en aquel húmedo y mohoso lugar, eligió uno de esos libros extraños y dibujó un círculo y una estrella con sal, colocando unas velas en las esquinas, hasta que comenzó a recitar algo.
”Te he llamado para pactar contigo y a fin de que me regreses a mis padres cuanto antes”.
Su voz resonó en toda la habitación, tan áspera y seca; podía notarse que sus palabras se quebrarían en cualquier momento. Sin embargo, hablaba con seguridad y casi sin miedo.
Lo dijo una segunda vez, un poco menos confiado.
”Te he llamado para pactar contigo y a fin de que me regreses a mis padres c…”.




El silencio invadió la habitación y la oscuridad parecía más profunda. Intentó gritar pero no pudo, la desesperación lo consumía, al igual que las ansias.
¿Por qué vuelves a atormentarme? Mocoso, qué cosas tan banales pides.
Sintió como si hablasen en su oído. La necesidad de gritar se volvía mayor, de la desesperación se arrojó al suelo tironeándose el cabello, horrorizado.
¿Le temes a la soledad? ¿Le temes a la oscuridad? ¿Le temes a la locura? —Se escuchó un siseo retumbante en la habitación.
¡Vete, por favor! —gritó arrancándose el cabello.
Me llamaste, ahora debo quedarme. —Se escuchó un grito de muchas voces juntas.
¡¿Quién eres?! —gritó, desesperado.
Soy tus miedos —respondió una voz casi incomprensible.
Comenzó a llorar arrancándose el cabello, arañándose la cara.
¡Soy la locura que habita en ti! —un grito holgado de mujer retumbó en sus oídos.
Tomó su mano y la hizo hacia adentro tan fuerte que sintió estática y un vacío a lo largo de su cuerpo, seguido de un profundo dolor que lo hizo desmayarse…
Sintió un frío recorrer su espalda y se despertó adolorido, apenas pudo abrir sus ojos, todo seguía oscuro; pero sintió un canturreo tan conocido como tranquilizante. Una dulce voz tarareaba una canción un poco extraña, pero sonaba tan hermosa ante sus oídos, que se sentía hipnotizado por ella.
Postrado en aquella cama entró en un estado de completa melancolía y nostalgia. Una figura opaca estaba sentada canturreando enfrente suyo, sentada en la cama.
¡Mama! —gritó abrazándola entre lágrimas. El dolor recorría su cuerpo, pero aun así hizo el esfuerzo.
Sintió los brazos de “ella” abrazándolo, y un aroma penetraba sus orificios nasales. Un aroma que solamente podría asociarse a algo que él decidió ignorar.
Entre aquel profundo sentimiento de nostalgia, postrado al lado de su madre, lenta y llanamente sonaban unos paso desmesurados, atemorizantes, ¡se abrió una puerta!, ¡sonó una voz!, aquella voz tan grave y gruesa parecida a la de su padre; pero de ella emanaba horror, sufrimiento y mucha maldad…
Su padre irrumpió en la habitación con una macabra sonrisa, él ignoró ese hecho tan significativo.
Los días continuaron con normalidad, el aroma a podredumbre y azufre se sentía por doquier; pero él había decidido a olvidarlo, su felicidad había regresado y jamás volvería a sentirse solo. Su corazón se sentía lleno, se sentía en el máximo estado de plenitud.
Esa mañana se despertó, buscó a sus tan amados padres. Su madre preparaba el desayuno y su padre no se encontraba en la planta superior de la casa, pues durante el día él se ponía a “trabajar” en aquel sótano tan oscuro.
Pensó en bajar, pero una imagen redundante cruzó por su cabeza. Su padre, antes de bajar, había gritado con una voz rasposa y sin forma, que la persona que entrase allí sin su permiso estaría sola en la oscuridad siendo torturado. No entendía por qué su padre había tomado tal medida, pero la respetaba con temor.
Se sentó en la mesa a probar aquel desayuno que tenía un aroma llamativo, lo comió tratando de disfrutarlo; cuando le dio la primera mordida sintió un corte en su boca y cómo ésta se llenaba de baba, con un extraño sabor… ¿qué era? Tragó un poco y sintió otro corte en su garganta, y con dolor escupió un pedazo de vidrio cubierto de sangre…
—¡S-Sangre! —dijo entre sollozos y gemidos de dolor.
Su madre lo miró asustada y lo tranquilizó.
—Perdón hijo —le susurró.
—¡Mamá, llévame al hospital! —gritó él.
—No puedo salir de aquí…
—Deja de quejarte —habló su padre, apareciendo detrás de ellos—. Sólo es sangre —dijo, sin darle más importancia al asunto.
Los días pasaron, y cosas como ésas se hacían habituales. Un día que se sentía completamente mal, su padre lo llamó. Apenas podía pararse, sus piernas estaban cansadas y adoloridas, su cuerpo presa de la desnutrición, el cansancio el dolor no podía caminar y su padre gritaba desde abajo.
Arrastrándose en el suelo hasta las escaleras, llegó con sufrimiento; el dilema era bajar. Simplemente suspiró, y se arrojó de ésta.
Sus huesos crujían por cada escalón con el que se golpeaba y sus quejidos de dolor eran horrorosos. Llegó hasta su padre, dispuesto a escucharlo y obedecerlo, sentía que cada palabra penetraba desde sus oídos hasta lo más profundo de su alma; pero aun así no entendía lo que éste le decía, el golpe había sido contundente y así terminándolo de destrozar psicológicamente.
Se escuchó un enorme estruendo en la puerta y un grito fuerte, arcadas y mucha luz. Gente hablando a su alrededor… no entendía nada de lo que pasaba. Tirado en el suelo, vio entrar gente a la casa. Un par de zapatos negros se pararon enfrente de él.
Solamente escuchó a su madre gritar y ante la mirada extrañada corrió a la cocina con desesperación y se tiró al suelo. La imagen que encontraron los agentes fue asquerosa, y espeluznante.
¡Una mujer!, su madre, yacía descompuesta en el suelo, amarillenta y sin ojos en sus cuencas, siendo abrazada por el joven, que le gritaba que respondiera y un cuerpo más, clavado sobre la mesa de la cocina: el cuerpo de su padre.
El joven se tomó los brazos y comenzó a arañarse solo; los policías lo intentaron parar mientras deliraba y gritaba cosas incoherentes.
Lo alzaron y lo llevaron a una ambulancia. Sus brazos sangraban y no dejaba de hacerse daño al mismo tiempo que seguía murmurando incoherencias, cuando susurró:
—Por favor, no me dejen solo… Él está esperando a que yo vuelva.
Los enfermeros, desconcertados, trataban de no mirarlo, y entonces una figura oscura apareció en medio de la calle. La ambulancia impactó con ella.
El auto quedó destrozado, el cuerpo de los dos enfermeros repartido en partes a lo largo de la calle.
De aquel joven no se supo más, solamente se encontró en la casa de éste una foto. De él y los dos cuerpos cercenados. Sonriendo.

miércoles, 3 de julio de 2013

Bienvenidos a mi blog

Bienvenidos a mi blog aquí subiré creepypastas variados, algunos hechos por mi, y también tengo canal de youtube es este: www.youtube.com/user/XxelcreepyadictoXx
Este es mi trailer:
Elcreepyadicto


Aquí un adelanto de creepypasta: